Osservatorio delle libertà ed istituzioni religiose

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Osservatorio delle Libertà ed Istituzioni Religiose

Documenti • 27 Ottobre 2003

Accordo 28 giugno 1957

Acuerdo entre la República Argentina y la Santa Sede sobre jurisdicción castrense y asistencia religiosa de las Fuerzas Armadas (28 de Junio de 1957)
(AAS 50(1958) p. 68-81)

La Santa Sede y el Gobierno Argentino, deseando proveer de manera conveniente y estable a la mejor asistencia religiosa de las Fuerzas Armadas de Tierra, Mar y Aire, según su tradición desde los orí¬genes y sus anhelos, han decidido llegar a un acuerdo y, con este objeto, han nombrado sus Plenipotenciarios, a saber:
Su Santidad el Sumo Pontífice Pío XII, a Su Excelencia Reverendísima Monseñor Domenico Tardini, Pro-Secretario de Estado para los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios; y
el Excelentísimo Señor Presidente Provisional de la Nación Argentina General Pedro Eugenio Aramburu, a Su Excelencia el Señor Manuel A. Rio, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Argentina ante la Santa Sede.
Los cuales, después de haber canjeado sus plenos poderes y hallarlos en debida forma, han convenido en los Artículos siguientes:

ARTÍCULO I – La Santa Sede constituye en Argentina un Vicariato Castrense para atender al cuidado espiritual de los militares de Tierra, Mar y Aire.
Sin perjuicio de las disposiciones fijadas en el presente Acuerdo. el Vicariato Castrense se rige por el Decreto de erección eclesiástica emanado par la Sagrada Congregación Consistorial y las normas contenidas en la Instrucción De vicariis castrensibus (AAS 43/1951, p. 562).

ARTÍCULO II – El Servicio Religioso Castrense está integrado por el Vicario Castrense, tres Capellanes Mayores para las Fuerzas respectivamente de Tierra, Mar y Aire, y los Capellanes Militares de dichas fuerzas.
El Vicario Castrense puede designar un Pro-Vicario.

ARTÍCULO III – La Oficina Central o Curia Castrense, con sede en Buenos Aires, estará constituida por el Pro-Vicario, los Capellanes Mayores y demás personal necesario a juicio del Vicariato Castrense.

ARTÍCULO IV – El Vicario Castrense será nombrado por la Santa Sede previo acuerdo con el Señor Presidente de la República Argentina.
El Vicario Castrense tendrá carácter episcopal.
Al quedar vacante el Vicariato Castrense, el Pro-Vicario, o, en su falta, el Capellán Mayor más antiguo en el cargo, asumirá interinamente las funciones de Vicario Castrense con las facultades y obligaciones propias de los Vicarios Capitulares.

ARTÍCULO V – Los Capellanes Mayores, bajo las órdenes del Vicario Castrense, tendrán a su cargo la dirección del religioso de las res¬pectivas Fuerzas Armadas de Tierra, Mar y Aire.

ARTÍCULO VI – El Vicario Castrense reclutará su clero escogiendo entre los sacerdotes seculares y religiosos que tengan debida autoriza¬ción de sus Ordinarios o Superiores; por lo que se refiere a los religio¬sos se observarán las normas peculiares dadas por la Santa Sede (Ins¬trucción de la Sagrada Congregación de Religiosos, 12 de Febrero de 1955: AAS 47/1955, p. 93).

ARTÍCULO VII – El Vicario Castrense, previa aceptación de los candidatos por el ministerio respectivo, nombrará los Capellanes de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire y les expedirá su título; la designación para los servicios respectivos será hecha por los Ministerios co¬rrespondientes, a propuesta del Vicario.

ARTÍCULO VIII – El Vicario Castrense se pondrá de acuerdo con los Ordinarios diocesanos y los Superiores religiosos para designar entre sus súbditos un número adecuado de sacerdotes, que sin dejar los oficios que tengan en su diócesis o instituto, se dediquen a auxiliar a los Capellanes Militares en el servicio espiritual de las Fuerzas Armadas.
En lo concerniente a los militares, tales sacerdotes y religiosos ejercerán su ministerio a las órdenes del Vicario Castrense, del cual re¬cibirán las necesarias facultades ad nutum.

ARTÍCULO IX – Si algún Capellán debiere ser sometido a procedimiento penal o disciplinar de parte de la Autoridad Militar, ésta pondrá en conocimiento de todo al Vicario Castrense y dispondrá, de acuerdo con el mismo Vicario, que la sanción se cumpla en el lugar y forma más convenientes.
El Vicario Castrense podrá suspender o destituir por causas canónicas y ad normam Iuris Canonici a los Capellanes Militares, debiendo comunicar la providencia tomada al Ministerio correspondiente que les declarará en disponibilidad en el primer caso o les dará de baja en el segundo.
Los Capellanes Militares están además sometidos ratione loci a la disciplina y vigilancia de los Ordinarios diocesanos, quienes, en caso de infracción, informarán al Vicario Castrense, pudiendo ellos mismos, si fuere urgente, tomar las medidas canónicas necesarias, dando aviso inmediato al Vicario Castrense.

ARTÍCULO X – La jurisdicción del Vicario Castrense y de los Ca¬pellanes es personal; se extiende a todos los militares de Tierra, Mar y Aire en activo, a sus esposas, hijos, familiares y personal doméstico que conviven con ellos en los establecimientos militares, a los cadetes de las instituciones de formación y aspirantes de los institutos de sub-oficiales, y a todos los religiosos y civiles que de manera estable viven en los hospitales militares o en otras instituciones o lugares reservados a los militares.

ARTÍCULO XI – Los Capellanes Militares tienen competencia pa¬rroquial en lo tocante a las personas mencionadas en el articulo precedente. Por lo que se refiere a la asistencia canónica del matrimonio, observarán lo dispuesto en el Canon 1097, § 2, del Código de Derecho Canónico que prescribe: «Pro regula habeatur ut matrimonium coram sponsae parocho celebretur, nisi iusta causa excuset»; y, en caso de celebrarse el matrimonio ante el Capellán Militar, éste deberá atenerse a todas las prescripciones canónicas y de manera particular a las del Canon 1103, §§ 1 y 2.

ARTÍCULO XII – La jurisdicción del Vicario Castrense es acumulativa con la de los Ordinarios diocesanos. Sin embargo, en las zonas militares ejercerán jurisdicción primaria y principalmente el Vicario Castrense y los Capellanes Militares, y subsidiariamente, aunque siempre por derecho propio, los Ordinarios diocesanos y los Párrocos locales.

ARTÍCULO XIII – En tiempo de paz, los clérigos, los seminaristas, los religiosos y los novicios están exentos del servicio militar. En caso de movilización general, los sacerdotes prestarán servicio militar en forma de asistencia religiosa; los demás clérigos y religiosos serán des¬tinados, a juicio del Vicario Castrense, para servicios auxiliares de los Capellanes o a las organizaciones sanitarias.
Estarán exentos del servicio militar, aún en el caso de moviliza¬ción general, los Ordinarios, los párrocos, los rectores de iglesias abiertas al público, los superiores religiosos y el personal indispensa¬ble para las Curias diocesanas y los Seminarios.

ARTÍCULO XIV – Es de competencia del Vicario Castrense, además de enviar instrucciones a los Capellanes Militares y de pedir los informes que creyere oportuno, hacer por si o por sus delegados inspecciones in loco de la situación del servicio religioso castrense.

ARTÍCULO XV – Los Ministerios correspondientes acordarán con el Vicario Castrense los Reglamentos concernientes a los respectivos Capellanes Militares en cuanto miembros de las Fuerzas Armadas.

ARTÍCULO XVI – Este Acuerdo será ratificado y las ratificaciones radas en el plazo más breve posible.

Hecho por duplicado en la Ciudad del Vaticano a veintiocho de Junio de mil novecientos cincuenta y siete.
Por la Santa Sede: Domenico TARDINI
Por el Gobierno de la República Argentina: Manuel Rio

Accordo fra la Repubblica Argentina e la Santa Sede sulla giurisdizione castrense e l'assistenza religiosa alle Forze Armate (28 giugno 1957)
(AAS 50(1958) p. 68-81)

La Santa Sede e il Governo Argentino, desiderando provvedere in maniera conveniente e stabile alla migliore assistenza delle Forze Armate di terra, mare e aria, secondo le loro tradizioni fin dalle origini e i loro aneliti, hanno deciso di giungere ad un accordo e, a questo scopo, hanno nominato loro plenipotenziari, cioè:
sua santità il sommo pontefice Pio XII, sua eccellenza reveren¬dissima monsignor Domenico Tardini, pro-segretario di stato per gli Affari ecclesiastici straordinari; e
l'eccellentissimo signor Presidente ad interim della Nazione Argentina generale Pedro Eugenio Aramburu, sua eccellenza il signor Manuel A. Rio, ambasciatore straordinario e plenipotenziario della Repubblica Argentina presso la Santa Sede.
I quali, dopo aver scambiato i loro pieni poteri e trovatili in dovuta forma, hanno convenuto sugli articoli seguenti:

ARTICOLO I – La Santa Sede costituisce in Argentina un vicariato castrense per attendere all'assistenza spirituale dei militari di terra, mare e aria.
Senza pregiudizio delle disposizioni stabilite nel presente accordo, il vicariato castrense si regge tramite il decreto di erezione ecclesiastica emanato dalla Sacra Congregazione Concistoriale e le norme contenute nella Istruzione De vicariis castrensibus (AAS 43/1951, p. 562).

ARTICOLO II – II servizio religioso castrense è costituito dal vica¬rio castrense, tre cappellani maggiori per le Forze rispettivamente di terra, mare e aria, e i cappellani militari di dette forze.
II vicario castrense può designare un pro-vicario.

ARTICOLO III – L'ufficio centrale o curia castrense, con sede in Buenos Aires, sarà costituita dal pro-vicario, dai cappellani maggiori e altro personale necessario a giudizio del vicario castrense.

ARTICOLO IV – II vicario castrense sarà nominato dalla Santa Sede previo accordo con il signor Presidente della Repubblica Argentina
II vicario castrense avrà carattere episcopale.
Quando il vicariato castrense resta vacante, il pro-vicario, o, in sua mancanza, il cappellano maggiore più anziano in carica, assumerà interinalmente le funzioni di vicario castrense con le facoltà e obblighi propri dei vicari capitolari.

ARTICOLO V – I cappellani maggiori, agli ordini del vicario castrense, saranno incaricati di quanto attiene al [servizio] religioso delle rispettive forze armate di terra, mare e aria.

ARTICOLO VI – II vicario castrense recluterà il suo clero sceglien¬do fra i sacerdoti secolari e religiosi che abbiano la debita autorizzazione dei propri ordinari o superiori; per quanto si riferisce ai religiosi si osserveranno le norme peculiari emanate dalla Santa Sede (Istruzione della Sacra Congregazione dei religiosi, 12 febbraio del ,1955: AAS 47/1955, p. 93).

ARTICOLO VII – II vicario castrense, previa accettazione dei candidati da parte del rispettivo ministero, nominerà i cappellani delle forze di terra, mare e aria e conferirà ad essi il loro titolo; la designazione ai rispettivi servizi sarà fatta dai relativi ministeri su proposta del vicario.

ARTICOLO VIII – II vicario castrense si metterà d'accordo con gli ordinari diocesani e i superiori religiosi per designare fra i loro sudditi un numero adeguato di sacerdoti, che senza lasciare gli uffici che ricoprono nella propria diocesi o istituto, si prestino ad aiutare i cappellani militari nel servizio spirituale delle forze armate.
Per quanto concerne i militari, tali sacerdoti e religiosi eserciteranno il loro ministero agli ordini del vicario castrense, dal quale riceveranno le necessarie facoltà ad nutum.

ARTICOLO IX – Se qualche cappellano dovesse essere sottoposto a procedimento penale o disciplinare da parte dell'autorità militare, questa informerà di tutto il vicario castrense e disporrà, d'accordo con lo stesso vicario, che la sanzione si compia nel luogo e nella forma convenienti.
II vicario castrense potrà sospendere o destituire per cause canoniche e ad normam iuris canonici i cappellani militari, dovendo co¬municare il provvedimento preso al Ministero corrispondente che nel primo caso li dichiarerà temporaneamente sospesi li congederà nel secondo.
I cappellani militari sono inoltre sottoposti ratione loci alla disciplina e vigilanza degli ordinari diocesani, i quali, in caso di infrazione, informeranno il vicario castrense, potendo essi stessi, se fosse urgente, assumere le misure canoniche necessarie, dandone immediato avviso al vicario castrense.

ARTICOLO X – La giurisdizione del vicario castrense e dei cappellani è personale; si estende a tutti i militari di terra, mare e aria in servizio, alle loro spose, figli, familiari e personale domestico che convivono con loro nelle strutture militari, ai cadetti delle istituzioni di for¬mazione e aspiranti degli istituti di sottufficiali, e a tutti i religiosi e civili che in maniera stabile vivono negli ospedali militari o in altre istituzioni o luoghi riservati ai militari.

ARTICOLO XI – I cappellani militari hanno competenza parrocchiale per quanto riguarda le persone menzionate nell'articolo precedente. Per quanto si riferisce all'assistenza canonica del matrimonio, osserveranno quanto disposto nel canone 1097 § 2 del Codice di diritto canonico che prescrive: «Si tenga come regola che il matrimonio sia celebrato alla presenza del parroco della sposa, a meno che una giusta cau¬sa giustifichi altra forma»; e, nel caso che il matrimonio si celebri dinanzi al cappellano militare, questi dovrà attenersi a tutte le prescrizioni canoniche e in maniera particolare a quelle del canone 1103 §§ 1 e 2.

ARTICOLO XII – La giurisdizione del vicario castrense è cumulativa con quella degli ordinari diocesani. Tuttavia, nelle zone militari eserciteranno la giurisdizione primaria e principalmente il vicario ca¬strense e i cappellani militari, e sussidiariamente, anche se sempre per diritto proprio, gli ordinari diocesani e i parroci locali.

ARTICOLO XIII – In tempo di pace, i chierici, i seminaristi, i religiosi e i novizi sono esenti dal servizio militare. In caso di mobilitazione generale, i sacerdoti presteranno il servizio militare in forma di assistenza religiosa; gli altri chierici e religiosi saranno destinati, a giudizio del vicario castrense, a servizi ausiliari dei cappellani e alle organizzazioni sanitarie.
Saranno esenti dal servizio militare, anche nel caso di mobilitazione generale, gli ordinari, i parroci, i rettori di chiese aperte al pubblico, i superiori religiosi e il personale indispensabile per le curie diocesane e i seminari.

ARTICOLO XIV – È di competenza del vicario castrense, oltre che inviare istruzioni ai cappellani militari e richiedere i rapporti che ritenesse opportuno, fare di persona o per mezzo dei suoi delegati delle ispezioni in loco sulla situazione del servizio religioso castrense.

ARTICOLO XV – I ministeri corrispondenti stabiliranno con il vicario castrense i regolamenti concernenti i rispettivi cappellani militari in quanto membri delle forze armate.

ARTICOLO XVI – Questo accordo sarà ratificato e le ratifiche scambiate nel termine più breve possibile.
Fatto in duplice copia nella Città del Vaticano il ventotto di giugno del millenovecentocinquantasette.
Per la Santa Sede: Domenico TARDINI
Per il Governo della Repubblica Argentina: Manuel Rio